por Rui Florentino
Se propone el estudio de las calles como un problema urbano integrado. No solamente un tema de diseño, o de transporte, o de sociología, aunque merecedor de todas esas contribuciones. La calle es una estructura urbana linear, acotada lateralmente, que integra 3 dimensiones principales: la circulatoria, con los problemas de accesibilidad y movilidad, la social, con las funciones de estancia y encuentro, y la medioambiental, con los temas del escenario y confort. Las calles más interesantes de la ciudad son las que mantienen un equilibrio saludable entre estas 3 dimensiones. Pero mirando a los barrios contemporáneos, para que las calles promuevan alguna vitalidad urbana, hay que añadir aún la densidad poblacional y la mezcla de usos, lo que nos devuelve de inmediato a la disciplina del planeamiento.
Queríamos entender que evolución han tenido las calles que forman parte de la familia de planes de ordenación urbana ortorreticular. Desde Lisboa, estaba claro que se trataban de unas formas de crecimiento más bien delimitadas, tanto en el espacio como en el tiempo, pero el análisis comparativo resulta evidente. De la clara estructura reticular pombalina, de longitudinales y transversales, en relación con la arquitectura y las plazas, se ha pasado a un espacio público riguroso, de mayor calidad y amplitud, característico de los ensanches, y luego a un diseño moderno, separando funciones, aunque ya totalmente adaptado al automóvil. Esto nos conduce en definitiva a la diversidad urbana, en detrimento de la supuesta homogeneidad de la retícula ortogonal, que sólo la reducción normativa más reciente será capaz de generar.
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